Los secretos de la freiduría La Pimienta para que siempre tenga un porrón de clientes

No voy a hablar esta vez de un restaurante de postín que se postula para un galardón que exija smoking, de un gastrobar con una carta más rara que un ornitorrinco subido a un taxi o de un enclave gourmet donde lo más sorprendente está en cuatro lámparas, no en el plato. O quizá sí escriba ahora sobre todo lo contrario porque la gastronomía es infinita, o casi, y las mejores recomendaciones pueden estar a la vista aunque no te entre rápidamente por los ojos. Para eso existen los Michelin, que ya tienen la promoción garantizada sin pagar un duro, y yo solo intento dar ideas de dónde comer muy dignamente. Y si es posible, sin tener que dejar la cartera como un descampado.

Esto es un hogar, no un restaurante cualquiera, un lugar donde contar las penas y expresar las alegrías sin que nadie te llame petardo porque todos son oídos amigables, un enclave de referencia para sentirte como en tu casa de la montaña pero sin tener chimenea, en tu pisito de la costa pero sin piscina. Abierto por estas fechas pero en junio de 1990, la freiduría La Pimienta, en pleno centro de Arroyo de la Miel (Benalmádena), es uno de esos pocos establecimientos que siempre he visto lleno, muy lleno, llenísimo o con colas estoicas. Por eso mismo me acerqué un día, silencioso como un arapahoe escondido detrás de un arbusto, para saber porqué. Y lo supe desde que me senté. Quizá sean seis los factores que juegan a favor de un restaurante de preferencia familiar que también da desayunos y meriendas, que presenta una ubicación excelente, que acaba de estrenar una terraza amplia y sombreada, que cuenta con camareros rápidos y amables que pronto se convierten en amigos, que te propone un listado de platos bien elaborados y abundantes a buen precio -a veces incluso demasiado buenos- y que trata el pescado, el marisco y los moluscos con la autenticidad de un chiringuito famoso a pie de playa aunque aquí ni se vea el mar. Bueno, con un poco de esfuerzo y a lo lejos.

Paco Alarcón, que es el gran jefe, FranEugeniaFlor o el camarero que te toque también te sugieren las novedades de la jornada, pero este que os escribe, mal o bien, les va a dar unos consejos sugerentes. Un gazpachito (2 euros) para refrescar el gaznate, unas gambas a la plancha (12 unidades, 6 euros), unas croquetas de rabo de toro, puchero o choco (diez unidades, 11 euros), unos boquerones fritos (6 euros) y un flamenquín casero de huevo, lomo y jamón para el centro de la mesa (9 euros) es un arranque excelente, pero no se olvide de preguntar cuál es el plato del día (5 euros). Y después dispare a discreción.

Las zamburiñas y las conchas finas están finísimas, y no es una chorrada de las mías (2 euros por unidad), unos mejillones al vapor (12 unidades, 9 euros), una estupenda rosada en adobo (9 euros), la jibia frita (11 euros la ración) o cualquiera de sus pescados a la plancha (chipirón, lubina, dorada, jibia, rosada, calamar, salmón o pata de pulpo, de 10 a 18 euros) van de lujo antes de ojear las especialidades del chef (pruebe la carrillada en salsa, 10 euros, por si le apetece algo de carne) y cierre el festín con alguno de su media docena de postres caseros. Eso ya lo elige usted porque yo estoy agotado. Un apunte final: los políticos del municipio siempre merodean por La Pimienta, y esos nunca eligen malos sitios. Dirección. Avenida de la Constitución, número 6, local 4. Arroyo de la Miel (Benalmádena, Málaga). Teléfono: 952 445 336.

Javier Sánchez/21/junio/2023


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