La legendaria Casa Flores de Torremolinos volverá a recuperar su nombre

Él le quitó el nombre y él mismo volverá a recuperarlo. El empresario Víctor Cote (Algeciras, 1973), muy vinculado al ámbito de la distribución hostelera en la Costa del Sol, se pasó a la restauración en abril de 2019, al hacerse cargo de la explotación de la legendaria Casa Flores, en el centro de Torremolinos. Renovó el local de arriba abajo, que ciertamente parecía ya una taberna para balleneros con arpón en el hombro, y le impuso el nombre de Taberna Manoja con la lógica intención de reforzar el cambio drástico experimentado por el nuevo local. Pero admite que se equivocó con esa ultima decisión. «No paran de llegar clientes que recuerdan con cariño la existencia de Casa Flores o que hablan de ella con mucha nostalgia», dice Cote. «... Y los clientes mandan», añade. Así que el hombre lo tiene muy claro.

En las próximas semanas Víctor Cote hará muy feliz a los parroquianos del viejo bar, e incluso a todos los vecinos del municipio, porque el cambio de nombre es inminente. Y Casa Flores será otra vez aquella Casa Flores que abrió hace casi siete décadas y que se convirtió rápidamente en el epicentro de la jarana de una localidad en la que residían entonces cuatro gatos y una veintena de burros (animales, cuidao, que no hablo de personas) antes de que el turismo de masas asomara la coronilla. A su propietario le ayudará mucho el hecho de no haber cambiado la distribución del espacio interior de la mítica taberna que también llegó a ser un colmado en los años del hambre perruna y que ahora disfruta de una terraza animada en el mismo corazón de Torremolinos, justo enfrente de la calle San Miguel.

La carta de Casa Flores es sencilla y típicamente española, como tiene que ser con ese nombre, pero su lista de tapas, raciones y medias raciones presenta una larga lista de propuestas. Muy buena la ensaladilla rusa (2,5 euros), además de los buñuelos caseros de bacalao o gambas (2 euros la unidad), el tartar de salchichón Casa Flores (10 euros), las zamburiñas recién traídas de Galicia (2 euros la unidad), la fritura variada (9,9 euros por persona), el flamenquín cordobés (9 euros) o una estupenda cuajada con tocino de cielo (3,75 euros). Les aseguro que Casa Flores volverá por sus fueros, aunque nunca he entendido qué tienen que ver los fueros con la barra de un bar. Bueno, a lo mejor sí. 

Javier Sánchez/14/mayo/2021



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