Seis meses han durado las obras de remodelación, y a la vista está que ese último medio año ha cundido mucho. El Higuerón, un restaurante con popularidad consolidada que abrió hace casi tres décadas, se ha lavado ahora la cara con tanta profundidad que su nuevo aspecto resulta drásticamente distinto, después de apostar por un estilo industrial de ladrillo visto, un espacio diáfano que evita la concentración de mobiliario y la inclusión de varios tragaluces laterales que aportan mayor luminosidad, y eso que sus grandes ventanales panorámicos no se han visto afectados por los trabajos. Una alegre barra de madera noble, ubicada donde antes se encontraba la zona más umbría de la sala principal, también ejercerá a partir de ahora de pulmón de la distribución hostelera de este negocio, al absorber además la demanda de desayunos, almuerzos, meriendas, copeo y cena (cuando nos dejen) sin alterar el efectivo servicio de atención a los clientes. De cocina non stop a partir de las nueve de la mañana y hasta el cierre, unas mesas altas y divertidas facilitan además las comidas informales, mientras que el área convencional de restauración seguirá ubicándose junto sus clásicos ventanales de excepcionales vistas. Dispone también de flamante cava con vinos de todas las denominaciones, amplia zona inferior para celebraciones y apartado chill en los jardines para estaciones más cálidas.
Recomendaciones
Es cierto que el chef asturiano Fernando Martín, fallecido en 2012, aportó a este lugar una particular herencia que se ha prolongado hasta la fecha, pero el actual jefe de cocina, Óscar Amores (Málaga, 1980), merece también un punto y aparte. Pasó por el catering de Lepanto, el hotel Marbella Club y el laureado restaurante El Lago, entre otros sitios, antes de llegar aquí hace tres años y medio. Y su concepto de cocina de mercado se nota y se disfruta. Sin perder de vista la esencia astur original, Amores hace guiños sabrosos a otros regionalismos, pero muy especialmente a la tradición andaluza con apuntes novedosos sin estridencias.
Imprescindibles el salpicón de mariscos (bogavante, langosta, langostinos y salsa de mostaza, 27 euros), el óptimo pastel de cebolla gratinada (16 euros), las albóndigas de rabo de toro (22 euros), los extraordinarios guisos tradicionales (las dos referencias de fabes son un portento, 22 euros), las parrillas (pulpo a las brasas, 23 euros; el pixín -o rape-, 32 euros, o las chuletitas de cordero lechal, 23 euros) y los asados (excelente el rodaballo, 36 euros, o los cochinillos lechales crujientes, 27 euros). Y de postre, su celebérrima tarta Florentina (con base de galleta María, crema ligera de queso, caramelo y salsa inglesa, 7 euros), la mousse de higos o el arroz con leche (también 7 euros). Nunca deje de echarle un vistazo a la cartita de las sugerencias del día. Fantástica.El Higuerón. Autovía de la Costa del Sol, salida 217 (en dirección Mijas Pueblo). Fuengirola (Málaga). Teléfono: 952 119 163.
Javier Sánchez/10/diciembre/2020
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