Norberto del Castillo convierte su antiguo chiringuito en el más acogedor de Fuengirola








Este hombre vigila su chiringuito con el mismo celo que un policía británico apostado en la puerta del número 10 de Downing Street, pero estoy completamente convencido de que ninguno de esos bobbys está a punto de cumplir los 80 años. Aún así, él lo hace todos los días y domina su establecimiento con un simple vistazo panorámico. Un halcón veterano que no ha perdido en ningún momento ni su instinto hostelero ni tampoco sus ganas de seguir volando alto para observar con excelente perspectiva lo que demanda la clientela y hacia dónde se dirigen los hábitos culinarios.

Norberto del Castillo (Granada, 1941) acaso sea uno de los más experimentados profesionales playeros de la Costa del Sol, si no el que más, pero mantiene intacta su inquietud por conocer, experimentar, elaborar y ofrecer todo lo que le dicta su ilusión infinita. El tío no para, vamos, y asegura que no dejará de moverse hasta que la parca asome la cara y le haga un saludito con la mano.

El actual presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playa emigró a Cataluña pronto, sin haber cumplido aún los 18 años, porque el hambre apretaba y el cinturón no daba ni siquiera para ceñirse el pantalón. Con ciertos conocimientos adquiridos en algunos bares de Granada que pisó siendo poco más que un niño, volvió a tirar de la constancia y se convirtió en un nómada de la hostelería con la saludable intención de buscar el mejor sitio para aumentar su formación. Llegó a combinar hasta tres trabajos por temporada, en el hostal La Estrella de Cadaqués (Gerona), que dirigía en verano, y en invierno en Barcelona para hacer lo propio en el Parador de Tibidabo y en el club La Bruja. Cómo no, acabó machacado como dos cabezas de ajo en un mortero. Alguien le habló entonces de la Costa del Sol y de las oportunidades que allí se presentaban, y se plantó en Málaga con toda la experiencia acumulada y muchas ganas de trabajar al lado del mar, desde donde también se divisaban los picos nevados que otean la ciudad que le vio nacer.






En 1968 abrió finalmente el chiringuito Los Náufragos con miles de cañizos que ejercían de techado y dispuestos de forma circular que rápidamente encandilaron, por su tipismo y su carta fresquísima, a cientos de residentes y forasteros. La ley obligaría unos años más tarde a asegurar sobre cemento unas instalaciones que se montaban y desmontaban como la carpa de un circo. Norberto lo hizo pero no se movió un metro de su sitio. 

Y de aquel cañaveral de los inicios a afrontar muy recientemente la completa renovación de su negocio, cuyas obras se iniciaron poco después de que el Estado le renovara la concesión de Los Náufragos por 30 años -en julio de 2019- para concluir el tinglado este pasado verano. La nueva estética, luminosa, intimista, de maderas nobles y decenas de pequeños detalles distribuidos con elegante funcionalidad, una flamante cocina, una barra abierta que da al paseo marítimo de Fuengirola y dos terrazas bien definidas que miran a la playa, han convertido finalmente a este viejo chiringuito en el más acogedor del municipio. Otra ilusión cumplida sin que Norberto haya vaciado todavía el saco de proyectos pendientes.



Recomendaciones

El chiringuito Los Náufragos es un clásico no solo por su consolidación a lo largo de algo más medio siglo de actividad, sino también por su carta, variada y centrada en la cocina marinera, como no podía ser de otra forma. Si estuviera plantado en el centro de Finlandia, aquí se serviría reno con coles. Muy populares son sus pescados a la caña (lubina y dorada, 15,5 euros los 350 gramos aprox.), los elaborados a la plancha (lenguado o calamar, 5 euros los 100 gramos, o el salmón y el pez espada, 13 euros) y los que se presentan a la espalda (lubina y dorada, 15,5 euros los 350 gramos aprox.), además de los mariscos, moluscos y los pescaítos fritos, pero son los arroces uno de los grandes reclamos de este enclave. Estupendos el arroz caldoso (14,5 euros por persona), el arroz con bogavante o carabineros (21 euros por persona) o una magnífica fideuá que incluso tiene su club de consumidores (14 euros por persona). 

¿Qué espera encontrar usted en uno de los mejores y más elegantes chiringuitos de la Costa del Sol? Pues imagine todo eso, y posiblemente algo más. 


Chiringuito Los Náufragos

Paseo marítimo de Fuengirola (Rey de España), parcela 17. 

29640 Fuengirola (Málaga). 

Teléfono: 952 58 20 16.

No cierra nunca.


Foto. El chiringuito Los Náufragos en 1969.

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