Curry y Belén Ramírez, la indispensable perspectiva femenina de El Refectorium



Si a Atila le hubiera dado por invadir España, creo que nunca habria llegado más allá de La Malagueta. Allí se sitúa el restaurante El Refectorium -que no fue el primero pero sí el que marcó el arranque de la popularidad del grupo hostelero del mismo nombre-, y allí también han trabajado por turnos durante los dos últimos años Curry y Belén Ramírez. Las dos juntas. Tela marinera.
Ambas mujeres, hijas del fundador de la icónica empresa malagueña, Paco Ramírez, echaron los dientes entre platos y cazuelas y tampoco tendrían ningún incoveniente en enseñarte hoy mismo los molares más afilados si haces demasiado ruido, si te atreves a cantar o si el alcohol te ha convertido en un ser plomizo y molesto. Ahí reside parte del éxito incontestable de un establecimiento que supo marcar desde su apertura, en 1978, las líneas rojas aplicables a una clientela que, ya hace 42 años, era mucho más marrullera, folclórica, gritona, aficionada de buche al vino a granel y bastante más anárquica y tosca que ahora. 
El Refectorium Malagueta es, acaso, el establecimiento más conocido por los malagueños, un símbolo de la cocina fresca, sabrosa, bien presentada y óptimamente servida que nadie, absolutamente nadie, desconoce en una capital de más de 600.000 habitantes. Y convertido, quizá para siempre, en punto de encuentro natural de los residentes en la urbe, aunque vivan en la otra punta. 

Todo hay que decirlo. Curry y Belén Ramírez no solo adquirieron los extensos conocimientos de su progenitor, sino que han sabido controlar con estricta maestría todo el tinglado que exige a diario la hostelería moderna, desde la cocina a la barra, desde la sala al servicio, desde la estética del local a la ética del personal, de presencia impoluta, rápido y extremadamente profesionalizado pero sin llegar nunca a la frialdad o la distancia. 




Excelentes profesionales ambas, ahora se han separado las dos hermanas en la ubicación de sus destinos. El Refectorium del Campanario -la tercera pata de la empresa es El Refectorium Catedral- se puso a la venta en 2018 después de ganar el único Sol Repsol que otorgó la guía en la capital de la Costa del Sol. Pero sin ninguna oferta interesante que estudiar y mucho especulador, hace apenas un mes y medio que volvió a integrarse en la estructura de gestión del grupo familiar bajo la jefatura de Belén Ramírez, que ya lo había dirigido previamente durante una década. Una excelente noticia para los clientes fieles de ese último negocio, de cocina muy sólida -la más gourmet de los tres restaurantes- y emplazado magníficamente en un otero desde el que se visualiza una de las mejores panorámicas de la ciudad. 

Recomendaciones

Con una carta que oferta algo más de medio centenar de platos, resulta muy complicado seleccionar una decena de ellos en El Refectorium Malagueta. Cada día te puede apetecer una cosa distinta porque su expositor te muestra lo mejor de la lonja sin obligación de centrarse en un listado de productos concretos. Otro aspecto que se agradece mucho si no quieres repetir lo que comiste la jornada anterior, o la anterior de la anterior. Pero me voy a arriesgar, qué puñetas. 

Excepcional su famosa y abundante ensaladilla rusa (12 euros) y las alcachofas naturales con jamón ibérico (14 euros), los revueltos de trigueros con ibérico y langostinos (12 euros) y de bacalao a la portuguesa (14 euros), los lomitos de buey a la parrilla (medio kilo, 30 euros), el jamón ibérico de bellota Joselito (100 gramos, 28 euros), los mariscos (100 gramos, 13 euros), los boqueroncitos (12 euros), la ventresca de atún con cebollitas calientes (15 euros) o el pescado salvaje a la sal (30 euros). Yo se lo cuento tal cual, pero usted pida lo que le dé la gana. Tampoco fallará. 


El Refectorium Malagueta
Calle de Cervantes, numero 6 (La Malagueta, a cien metros de la plaza de toros).
29016 Málaga.
Teléfono: 952 21 89 90.


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