Casaamigos, el alegre y sabroso descaro de cinco socios cuarentones, o casi



Si yo les cuento que González, Gross, Trigo, Barea y Toscano fueron
los titulares del legendario Real Madrid de baloncesto de los años cincuenta, puede que a usted le entren muchas dudas o esté completamente convencido de que le estoy contando una trola muy grande. Pues sí, es una mentira de las gordas, pero no sé si demasiado gorda.

Además de que uno de ellos mide casi dos metros, estos cinco amigos que acaban de sobrepasar la cuarentena, o están a punto de llegar a ella, no solo han formado un gran equipo en la complicadísima liga hostelera, sino que además han conseguido encestar un triple desde muy lejos al posicionar su establecimiento entre los más buscados por la clientela alternativa de Málaga capital. Esa misma que busca en un único negocio comer, beber, escuchar buena música y, por qué no, acabar bailando.
La respuesta al éxito de este local que abrió hace apenas un año quizá la encontremos en el recorrido profesional de un grupo de tres empresarios de la noche, un político y un dentista a los que se les han dado muy bien las relaciones públicas desde que hacían sus primeros pinitos nocturnos, como jefes internos o como consumidores de la barra hacia fuera, y que ahora han ensamblado todas sus experiencias en un enclave estéticamente atractivo, bien ubicado, de concepto informal y con una oferta culinaria sabrosa, alegre, diversa y de buenos precios. Que no es poco. 



José González, Gonzalo Gross, Alejandro Trigo, José Barea y Rafa Toscano, que así se llama el quinteto del bar restaurante Casaamigos, han pretendido en esta ocasión crear una atmósfera perfectamente respirable para cualquier tipo de comensal, porque el equilibrio entre el ambiente, la clientela y la carta es conciso, definido, sin estridencias, divertido y de ruidos bien controlados que se dispersan en dos espacios muy amenos para cualquier hijo de vecino. El interior mantiene una semblanza de colores suaves, mesas dispuestas de forma cómoda y barra bien posicionada que no afecta al resto de la superficie, mientras que su gran terraza -los fines de semana se convierte en uno de los lugares de mayor demanda de la capital de la Costa del Sol- ocupa todo un lateral de la recoleta plaza de las Cofradías que ha sido redescubierta para los malagueños gracias a este establecimiento. Debo admitir que yo ni siquiera sabía que existiera. Ni la más remota idea, vaya.


Tan implicados están los dueños en este proyecto que aquí no se escaquea ninguno. Los que no van al mediodía sí lo hacen por la noche, y viceversa, con la saludable intención de perfeccionar la sala y la cocina, analizar las preferencias de los comensales, comprobar la compra y el uso de buenos productos -muchos son estrictamente malagueños- y visualizar con perspectiva cada tendencia. También por eso optaron por una oferta gastronómica que podríamos ubicar en el concepto anglosajón del fun kitchen y que tiene sus mejores horas en ese copeo de la tarde o de la noche que viene inmediatamente después de haber compartido un picoteo de elaboración digna, honesta y generosa.


Recomendaciones

Son muchas las opciones para elegir, pero le vamos a aconsejar unas cuantas para que usted no se haga un lío. Estupenda la ensaladilla rusa de la casa con zanahoria morá de la localidad de Cuevas Bajas y langostinos (4,9 euros la media ración), el pan bao de langostinos en tempura, mayonesa kimchee y cilantro (4,5 euros la unidad) o el bao relleno de rabo de toro, cebolleta, huevo de codorniz y cilantro (4,5 euros la unidad), las croquetas de salchichón de Málaga con salsa de miel y mostaza (un euro cada unidad), el camperito de cordero con queso payoyo y mayonesa en su jugo (4,5 euros la unidad), los huevos rotos de foie, jamón serrano y grissini de parmesano (7,9 euros la media ración), la excelente ensalada de rúcula, queso de Casares, nueces endulzadas, presa ibérica, cherrys confitados y dressing de la casa (12 euros), la miniburguer de black angus, cheddar, bacon, cebolla caramelizada y salsa bull (4,5 euros la unidad), la presa ibérica macerada y cocinada a baja temperatura con verduras de temporada y mayonesa de sweet chili (15 euros) o el óptimo tartar de atún rojo (18 euros). Ahora que ya le he dado algunas pistas, encuentre usted la respuesta aquí mismo. No tiene pérdida.


Casaamigos
Calle Nosquera, número 14 (zona centro).
Málaga.
Teléfono: 951 537 004.




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