El primer restaurante de España que ya se ha acondicionado para abrir está en Torremolinos




Solo hace falta que las administraciones digan ya, ahora, para que el restaurador José Molina abra las puertas de su bar restaurante Casa Sista (Torremolinos, Málaga) con todas las garantías. Ya sabíamos que Molina era un tipo espabilado, pero ahora debemos añadir que también es más rápido que el pistolero Lucky Luke, porque en un pispás ha terminado de acondicionar su negocio para que, en cuanto la hostelería pueda iniciar eso que llaman desescalada, empiece a trabajar desde el primer minuto. 
Y es que este empresario ha sido el primero de España en acabar las obras de adaptación de su local para cumplir con las más que probables normas que impondrán las autoridades después de casi dos meses de confinamiento.
Propietario de siete negocios, entre restaurantes, bares, discotecas, apartamentos turísticos y un hostel que ha alojado durante todo el encierro a personas sin hogar, este incansable hombre de negocios ya ha instalado 20 mamparas de separación entre las mesas de Casa Sista (situado en la céntrica plaza de la Nogalera, a escasos metros de la estación de cercanías), elaboradas en metracrilato por él mismo y su hijo, además de colocar en la puerta de entrada un arco de agua ionizada pulverizada para desinfectar las ropas de los clientes, que también ha fabricado el propio José Molina. 
Una vez dentro, la carta y el menú tampoco se tocarán, porque cada comensal tendrá la posibilidad de descargárselos en su móvil mediante un código QR para no tener que manipularlas. Igualmente, los alimentos se lavarán con agua ionizada, la vajilla se someterá a procedimientos similares y los manteles serán desechables. «Tenemos que aceptar que, al principio, las limitaciones en el acercamiento de personas nos impedirá mantener una actividad normal, pero preferimos tener la mitad de clientes a que se sientan inseguros», dice José Molina. Lo que no haga este hombre...

Comida a domicilio

Casa Sista también ha puesto en marcha su servicio de comida a domicilio, a sabiendas de que ese establecimiento se ha ganado una merecida fama justo desde que Molina se hiciera cargo de él, en verano de 2019. 
Ensaladilla de langostinos (13 euros), ventresca de atún con pimientos asados (15 euros), sus famosas lágrimas de pollo (12 euros), croquetas de rabo de toro (10 euros), paellas de marisco o carne (18 euros, 2 personas), fritura malagueña (15 euros) o su excelente carrillada de cerdo al PX (16 euros), entre otras de sus populares referencias gastronómicas, se han incluido en el listado de platos para llevar sin ningún coste añadido de transporte. Y para acompañarlos como es debido, refrescos y cervezas a solo dos euros. 
Ya está, ya te lo he contado porque estas cosas se tienen que decir. 




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