Kipfer&Lover, el restaurante 'cenicienta' que se transforma a medianoche


Atendiendo a su primer apellido, este hombre inquieto podría ser ahora el dueño de una fábrica de electrodomésticos alemanes, de un laboratorio farmacéutico suizo o de un restaurante singular de nombre sonoro. Y optó por lo último sin necesidad de pensárselo dos veces. O quizá sí, pero ya era demasiado tarde para echarse atrás y enterrar sus ilusiones.
José Kipfer, un tipo que lleva guerreando una década en la hostelería malagueña, decidió en 2014 inaugurar algo distinto a unos pocos pasos del Teatro Cervantes de la capital con la saludable intención de facilitar el contacto espontáneo entre personas de cualquier tendencia sexual. Algo parecido a First Dates, vamos. Y el nombre le llegó solo: Kipfer&Lover. 
Cinco años y medio después ha entrado en juego el que ya se ha convertido en la mano derecha del propio Kipfer y de su local, que empieza a despuntar con mucho mérito. Lorenzo Baltasar Moreno -al que todos llaman el chef Saka- también tenía muy claro qué debía cocinar para enamorar a los parroquianos, así que la cosa funciona estupendamente. 
Este recoleto establecimiento de Malaga es hoy una referencia para aquellos que buscan alternativas a una buena cena y un espectáculo posterior en lugares distintos, porque los responsables de este sitio le han dado otra vuelta de tuerca al concepto para juntar ambas cosas sin necesidad de que el cliente tenga que levantarse de la silla.
Esta especie de restaurante 'cenicienta', donde se cena muy correctamente a precios asequibles -siempre a partir de las ocho de la tarde- y que se transforma a medianoche en una sorpresiva sala de espectáculos (cantautores en directo, performances, teatro, dragqueens o bandas poperas o rockeras), compone básicamente un armónico negocio destinado a alegrar una carta corta, bien estructurada y fenomenalmente elaborada, con un final de noche ameno que evite la marcha errática del cliente en busca de un par de copas, un bailoteo o algún showman que actúe lejos. 
José, siempre con el empuje animoso de Lorenzo, hizo muy bien al cambiar la temática exclusiva de cualquier sitio de ambiente para crear finalmente un establecimiento ambientado, con independencia de gustos amorosos y culinarios. Desde entonces aquí se recibe con sonriente amabilidad a cualquiera que traspase sus puertas para no moverse durante horas. Un reto complicado que estos dos emprendedores empiezan a superar con holgura.



Además de los shows y el jolgorio de madrugada, la cocina juega un papel esencial para lograr ese objetivo. Lorenzo Baltasar, curtido en varios fogones Michelin en la sugerente cocina mediterránea con aportes asiáticos (japonesa pero sin sushi, china o vietnamita), ha diseñado también un listado de propuestas que impide el despiste o la dispersión del comensal: once platos salados y cuatro dulces. 
Estupendos el tartar de berenjenas y pan de pita (6 euros), el ceviche de flores pensamiento y langostinos tigre salvaje (10 euros), el majado de gulas pico gallo y huevo poché (12 euros), las gyozas de pulpo y uva morada (9 euros), la carrillada Ibérica parmentier de trufa y garrapiñadas (14 euros), las vieiras sobre crema de calabaza y jengibre (12,5 euros), las milhojas de Kinder (5,5 euros) o el sabrosamente digestivo sorbete de gin lemon (5,5 euros). Y todo lo hace a la vista del público.
Un gastrobar, en definitiva, que pretende confirmar con naturalidad la enorme distancia que existe entre lo normal y lo singular. 



Gastrobar Kipfer&Lover

Calle San Juan de Letrán, número 21 (a 50 metros del Teatro Cervantes).
29012. Málaga.
Teléfono: 661 86 75 86.


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