Casa Sista, la nueva alegría del centro de Torremolinos

El cocinero Paco Ruiz (izqda.) y el propietario del local, José Molina

En una zona prácticamente tomada por negocios extranjeros siempre es bueno que los españoles saquen pecho. Y el empresario José Molina lo ha conseguido en pleno centro de Torremolinos, donde -es triste decirlo- la oferta hostelera se sostiene básicamente sobre viejos mesones y tabernas con olores a fritanga, locales étnicos que ni fú ni fa, bares estandarizados y una clientela despistada que no sabe dónde meterse.
Casa Sista, un local alegre, peculiar y de oferta muy interesante ubicado en la populosa plaza de la Nogalera, reabrió en agosto del año pasado con la saludable intención de convertirse en el lugar idóneo para nacionales y foráneos, sin necesidad de que éstos den más vueltas que David Bisbal en un concierto de tres horas. Y es que aquí no solo los fogones captan la atención, sino también el espíritu racial y ameno de un enclave diferente que juega a alegrarte el rato. 


  En Casa Sista se come y se vende de todo


Con flamenco de fondo -o pop y melódico según la hora-, la apertura de Casa Sista es posiblemente la mejor noticia gastronómica de la que ha podido disfrutar Torremolinos en los últimos años, que han sido duros y que echaron por tierra el futuro de algunos de sus establecimientos más castizos. Cierres, reducción de plantillas y caída de la calidad son el resultado de una larga crisis que, curiosamente, parece que solo ha alentado la mediocridad de la competencia en la industria hostelera.
Pero este negocio hace todo lo inimaginable para que usted regrese a los buenos tiempos. Y eso se nota nada más atravesar la puerta.Tapas estupendas a precios casi irrisorios, platos que tienden a la cuidada elaboración y combinación de ingredientes muy sibaritas, excelentes jamones, quesos y aceites que ahondan en la vasta diversidad andaluza (y que además se venden al público para que usted los disfrute en casita, calentito) y cocina nacional y mediterránea bien construida y presentada en dosis tan abundantes que, sin duda, doblaría su coste en otro sitio cualquiera.
El veterano cocinero madrileño Paco Ruiz Fariñas, que también ejerció como chef en el famoso restaurante El Segoviano de la capital de España, lo intenta bordar con mucho mimo. Entre los entrantes -todos ellos de talla grande- destacan la ensaladilla de langostinos (2,5 euros), la ventresca de atún con pimientos asados (2,5 euros), las lágrimas de pollo (2,5 euros) o los tomates aliñados con caballa (2,5 euros), mientras que las especialidades de la casa son igual de atractivas y contundentes: Croquetas de puchero (2,5 euros), foie de pato con manzana caramelizada (14,9 euros), champiñones rellenos de queso de oveja y jamón de bellota (2 euros la unidad) o el timbal de picadillo ibérico con parmentier de patata y huevo de codorniz (4,9 euros). 

Algunas de las tapas de esta casa

Buenas carnes de ternera, cerdo y pollo, además de pescados y una lista de emplatados ligados expresamente con el ibérico, garantizan una comilona exitosa. ¡Ojito!, fenomenales los medallones de retinto cruzado (6,5 euros), el lomo de orza (2,5 euros), la carrillada de cerdo al PX (3,5 euros), el cachopo (3,5 euros) o el lomo de bacalao a la roteña (3,5 euros la tapa, que aquí rozan el tamaño de un gato gordo).
Sin duda, uno de los lugares imprescindibles de este legendario municipio malagueño donde arrancó el boom turístico de la Costa del Sol.

Casa Sista
Plaza de La Nogalera, número 10 (junto a la estación del tren de cercanías).
Torremolinos (Málaga).



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