Tropicana Beach Club, una sangría de cava, unos espetos memorables y será usted muy feliz

Si yo le hablo del Tropicana beach club, lo mismo usted sitúa el local en una sensual playa cubana. Y si además le informo que el cotarro lo gestiona la cadena MS, a lo mejor cree que se trata de una naviera italiana con cuarenta cruceros dando vueltas por ahí. Ni una cosa ni la otra. Este negocio de nombre sugerente está metido prácticamente en el mar, en plena Carihuela (Torremolinos, Málaga), y las siglas responden con simpleza a las iniciales del veterano empresario hotelero Miguel Sánchez. Todo más español que un saco de aceitunas de Bailén.

Sánchez, un salmantino que se vino para la Costa del Sol casi al voleo, trabajó duro en el hotel Alay de Benalmádena, ganó en 1967 el subcampeonato del mundo de coctelería en Japón, le cogió el tranquillo a su profesión y decidió que un día sería empresario. Y vaya si lo ha conseguido. Responsable también del hotel Tropicana, su beach club no solo es un pequeño paraíso perfectamente adecuado a las exigencias del cliente más puñetero, sino que también se ha convertido en un enclave prioritario para los aficionados a los cócteles y la cocina marinera. Una combinación excelente que he tenido la oportunidad de disfrutar. Tan a gusto estuve después del almuerzo que casi me echo una cabezada en la silla. Como un gorrión, con el pico metido en el pecho.

Es una de las dos hijas de Miguel Sánchez, Bárbara María, la que está al frente del cañón. E incluso lo hace con tanta puntería como la Agustina, aquella de Aragón. Firmeza, responsabilidad, amabilidad y equilibrio en compañía de un equipo de sala y barra que no falla. Prometo que no encontré un pero por mucho que busqué. Antes de entrar en los consejos gastronómicos, que creo que son acertados, debo insistir en la altísima calidad de sus cócteles, una veintena, que le harán muy feliz con ese puntito de alcohol, frutas y especias. Me quedo con el Tropicana, una sangría de cava, bergamota, cerveza y soda en su justa medida que está para invitarla al cine. Pruébela con algún plato, hágame caso.

La carta es muy honesta, sin majaronadas extrañas y con propuestas contundentes de productos fresquísimos. No le extrañe si algún día una lubina le da con la cola en la sien. El espeto es, acaso, el mejor que he probado en los últimos años. El tipo que ensarta las sardinas se hace llamar Cachopo, tal cual, y por eso con dos raciones picotean sobradamente cuatro personas, así que no se fije en el precio. Que le conozco. Un ajoblanco, una ensalada de pimientos asados en lumbre, una fritura de verano con verduritas ecológicas y un arroz mixto de lagarto ibérico con verduras seleccionadas de un huertecito propio componen un auténtico festival para dos parejas. Acabe con unas milhojas de crema anaranjada al Cointreau y terminará como yo. Eso sí, no se pegue la sobada en la silla. Elija una de las cómodas hamacas que ofrece este lugar, igualmente con servicio de comidas y bebidas. Y me lo cuenta después. Dirección. Costa de La Carihuela, 9K. 29620 Torremolinos (Málaga). Teléfono: 951 615 109. Horario: Todos los días de 12, 00 a 00,00 horas. Precio medio por persona: 35 euros.

tropicanabeachclub@mshoteles.com


Javier Sánchez/18/julio/2023

 

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