El chef Pachu Barrera desoye a los miedosos y abre en Huelin el restaurante Taró

El chef Pachu Barrera parece que siempre tiene la intención de saltarse a la torera su primer apellido. Los obstáculos que encuentra por el camino se los pasa por el forro y, aunque sea poquito a poco y sin necesidad de recurrir al protagonismo mediático, también puede presumir con holgura de mirar hacia adelante con la perspectiva de un veteranísimo cocinero a pesar de su todavía indiscutible juventud. Nacido en Málaga en 1983, poco después de terminar sus estudios en la escuela hostelera de La Rosaleda trabajó con los michelin Manolo de la Osa y Dani García (La Moraga), se curtió en su propio restaurante hace una década (La Cocina), ha ejercido de jefe de fogones en el reconocido Araboka durante los últimos años y ahora acaba de abrir en la populosa barriada de Huelin un estupendo establecimiento en sociedad con dos grupos malagueños multifuncionales y especializados en franquicias (MEI y Soaliver)

Así ha nacido el restaurante Taró en un entorno que aún debe captar la atención de más cocineros de talla para aliviar su altísima concentración de bares populares y restaurantes de menú, aunque la apertura del nuevo negocio ha registrado un éxito inmediato. Barrera, que fue el primer chef nacional que incluyó en una carta el tartar de salchichón de Málaga, pretende aquí jugar prácticamente a lo mismo que ha hecho siempre, insistiendo en una cocina mediterránea actualizada, una estética intimista, una sugerente presentación, una oferta bien diversificada y un servicio muy profesionalizado. Y ya les aviso. Inaugurado hace apenas dos semanas (1 de diciembre), Taró tiene toda la pinta de llegar al lleno absoluto antes de que el gordo de Papa Noel asome ese gorrito con una borla que sirve más para terminar una juerga que para manejar un trineo.

La carta de Taró es equilibrada, honesta, reconocible, sin aspavientos extraños y de mucha dedicación a la memoria. La misma esencia de Pachu, vamos. Obviamente el tartar de salchichón con pasas y miel de caña (4,5 euros la media ración) es imprescindible entre las propuestas del hombre que inventó ese plato, pero la burrata con pesto de tomate seco y aguacate (10 euros) está igualmente para invitarla a un palco de la ópera. Magníficos también el particular bocadillo de calamares (3,5 euros), las alcachofas con foie y crujiente de parmesano (7 euros la media ración), el pulpo a baja temperatura (12 euros), la pluma ibérica macerada (17 euros) o el chivo lechal malagueño (16 euros). No les voy a contar mucho más, pero creo que ya lo he contado todo. O casi. Dirección. Calle Tomás Echevarría, número 15. Málaga. Teléfono: 952 066 912. 

Javier Sánchez/14/diciembre/2021






Comentarios