Da Mimí, la mejor cocina de Nápoles abre su sede en el barrio malagueño de Teatinos

Dos napolitanos muy napolitanos -aunque no les he preguntado todavía si lloraron con  la muerte de Maradona- y un español muy español que lleva sobre las espaldas el peso de la veteranía hostelera. Los tres se han juntado ahora para abrir, hace apenas unos días, el que probablemente sea el mejor restaurante de cocina napoli de Málaga capital. Y como tres pares de ojos avispados sirven más que uno solo con miopía y gafas gordas, lo han hecho en un lugar perfectamente situado, junto a la boca de metro de la Ciudad de la Justicia, en el barrio de Teatinos. Abogados, jueces, procuradores, otros funcionarios de la ley, profesores y alumnos de la cercana Universidad y una patulea de residentes, todos concentrados allí. Un follón de gente. 

El joven Mario Piccolo (Nápoles, 1997), el farmacéutico y astuto gestor Andrea Migliavacca (Nápoles, 1986) y el popular cocinero Mariano Rodríguez (Málaga, 1974), alumno de la primera promoción de la escuela de La Cónsula y máximo responsable del restaurante Eme (en el centro histórico de Málaga), lo tuvieron muy claro desde que se conocieron. Y justamente el primer día que charlaron empezaron a apostar fuerte por inaugurar un sitio único que distinguiera la pura gastronomía napolitana de esa otra italiana demasiado genérica, e incluso cuartelera, que ofrecen muchos establecimientos. 
 
Piccolo es, con apenas 24 años, un reconocido pizzaiolo bregado en su país, y también en Holanda e Inglaterra, y se estableció finalmente en Málaga por amor. Ay, siempre el amor que te hace dar más vueltas que una veleta en un día de tornado, mientras que sus otros dos socios se encargan de afinar la escopeta con el uso de la sabiduría que concentran en cuestiones de ensamblajes, aromas, sabores naturales, una relación finísima con los clientes y un marketing del bueno. Y también del honesto.
 
Y es que la carta de Da Mimí es concisa, sin aspavientos, muy atractiva, sugerente, diversa, de buenos precios y estrictamente de Nápoles, esa ciudad cuya famosa bahía incluso lleva tatuada Mario Piccolo en el brazo derecho. Qué les voy a decir sobre las pizzas, que para eso nacieron en esa urbe itálica y que aquí son soberbias, crujientes, oxigenadas en su punto y enormemente digestivas gracias a la fermentación de la masa durante 48 horas antes de ser introducidas en el horno a 500 grados. No se pierdan la regina margherita con mozzarella de búfala de la propia denominación protegida de la Campania (10 euros), la ortolana de calabacín y berenjena (9 euros), la concettina con crema de trufa y setas porcini (12 euros) o la Mimí con mozzarella ahumada, mortadela de Bolonia, crema de pistachos y copetes de ricota (11,9, euros). Estupendos también los entrantes, entre ellos le bruschette (4,9 euros), i croché (7,9 euros) o le polpette con salsa cuatro quesos (6,9 euros), e igualmente sabrosos los más contundentes bombolotti allá nonna con berenjenas fritas y albóndigas (11,9 euros), los cannelloni al ragú (9,9 euros) o los ravioloni al tartufo (12,9 euros). Un auténtico placer que además no cansa, ni tampoco te deja para el arrastre en esas horas de cabezadas y muermo infinito. Dirección. Bulevar Louis Pasteur, número 15 (junto a la boca de metro de la Ciudad de la Justicia). Barrio de Teatinos, Málaga. Teléfono: 951 705 535. Abierto de 13 a 16 horas y de 20 horas al cierre.


Javier Sánchez/27/octubre/2021

Comentarios